







Vladimir Romero
Vladimir Romero (La Habana, 1975) se encuentra en una búsqueda del aprendizaje incesante de las personas y el entorno que le rodea, y que revierte en el contenido su fotografía. No es un reflejo de su persona sino un impulso de convertir en fotografía historias que captan su atención.
Lo urbano que se produce de manera espontánea sirve como materia prima de su obra que advierte el retrato de la sociedad. Vladimir se enfrenta a esta realidad casi como un ente externo, como un espectador de cine que enfoca la mirada en los detalles que componen una instantánea de un momento de alboroto.
Su introducción a la fotografía impulsado por el fotógrafo Martin Chacon, por allá por el año 2000, se desarrolla en la Escuela Provincial de Fotografía de La Habana Vieja y posteriormente de prácticas en el Centro nacional de restauración conservación y museología documentando las restauraciones de pintura mural, piezas arqueológicas, etc., entre las que destacan las cartas de Ernest Hemingway recogidas en la finca La Vigía.
Durante sus estudios conoce y se influencia con la metodología de Javier Fonseca y el trabajo documental de Hermes Pedroso, con el cual formó parte del grupo HP5 junto a otros 5 fotógrafos con la idea de reflejar con imágenes la realidad de una época.
La fotografía capta toda mi atención, me atrapa y me impacienta el hecho de concretar una historia mediante una imagen.
El cine en cuba me hacía volar en mi imaginación me transportaba de mi realidad .la fotografía habla sin palabras siempre cuenta historias por eso escojo la calle como mi modo de expresión. el blanco y negro por su agudeza y preponderante definición de los detalles por su manera más simple y compleja a la vez.
Desde el año 2005 y en la actualidad reside y trabaja en Barcelona, con fotografía analógica documental como único medio de expresión.