UncategorizedMagaly Espinosa: Transferencias Culturales en el contexto cubano.

Magaly Espinosa: Transferencias Culturales en el contexto cubano.

      Imágenes fragmentadas, aleatorias, que configuran la identidad múltiple de un imaginario no reglamentado”

        Grethel Morell.

       

Cuando nos acercamos a la cultura cubana, resultado de la creación diversa que se gesta diariamente en un Pueblo Nuevo, como diría Darcy Ribeiro, aprecias la riqueza visual de esa cultura, sus tonos estéticos, sin poder separarlos de la carga vital que poseen. Nada de lo que vemos en la presente exposición Transferencia cultural. Una mirada desde la fotografía cubana, es resultado de la invención de los fotógrafos que la integran, lo es ante todo, de la sensibilidad que muestran para registrar ese diario transcurrir de hábitos, costumbres, creencias, imaginarios y cultura oral. Cada imagen que evaluamos, los textos incrustados sobre paredes y muros de la ciudad, las circunstancias de la vida que las fotografías recogen, forman parte de los significados culturales desde los que se expresa la cultura popular.

La exposición, reúne un conjunto de 16 fotógrafos cubanos, ellos se adentran a través de sus obras, en el tema de la ciudad acercándose a escenas íntimas, espacios públicos, acontecimientos políticos, la vida de barrios como El Cerro, Centro Habana o el Vedado y el emblemático Malecón, uno de los personajes más poderosos de nuestra cultura.

Pero el interés de la comisaria Patricia Kasaeva no se detiene en el valor que contienen en el sentido documental, sino cómo lo que muestran las imágenes nos ayudan a pensar en el poder simbólico que los componentes culturales antes señalados poseen, siendo portadores de diferentes procesos de transculturación, de las vías y formas por medio de las cuales han fluido a partir ellos las transferencias culturales.

Estas perduran bajo imágenes que poseen voz propia y aún cargando esas transferencias, su consistencia simbólica se consolida al formar parte de la historia que se teje día a día, como respuesta de las variadas maneras en las que se comporta la cultura popular. Un espacio en el que convergen espiritualidad y subsistencia, un binomio que se arma de forma tan particular en Cuba.

Fotos que recrean hábitos y costumbres: unos hombres que preparan en plena calle un cerdo para que sea cocinado, mujeres con ceñidas leggins que orgullosas muestran sus retadoras curvas, niños jugando en la calle, aquella imagen controvertida en la que emula un letrero optimista anotado en la pared: “calidad, eficiencia y producción” acompañado de unas cajas medio derruidas de madera, que no dejan ver con claridad su contenido; el juego de dominó que sucede en el más improbable espacio doméstico; una pareja de recién casados que hacen gala de sus elegantes trajes de boda, sentados en la parte trasera de un coche de los años 50 y detrás de cada detalle, sujetos de edad o sexo diferente que forman la nacionalidad cubana.

Son circunstancias que en muchas ocasiones suceden en espacios desgastados y ruinosos, poseedores de una carga cultural que los potencia, incluso desde ese estado ruinoso. Elocuente es la fotografía en la que se muestran cinco muros corroídos en los que se distribuye la consigna: “barrio por barrio Revolución” y en otra colocado sobre un mostrador, asoma un buzón de “quejas y sugerencias” al que recordaremos siempre porque era difícil saber bien si en algún momento funcionaba. 

Si se me permitiera citar a uno de los creadores que integran la muestra, me referiría al maestro Raúl Cañibano, pues con él se enlazan el resto de los participantes.

Su obra posee ese encanto propio de la sencillez y calidez de la vida de los hombres humildes. Entre las fotografías presentadas se encuentra la que recrea el interior de una habitación, en ella advertimos a una mujer de edad madura rodeada de gatos, mientras que en un televisor situado a su izquierda, aparece la imagen del líder del Revolución Cubana. No es posible percibir en qué dirección dirige esa mujer su mirada, ni qué absorbe su atención. Esa mirada en ese contexto doméstico le imprime a la imagen un sentido singular, que es probable no se relacione con la épica que generalmente exalta el poder simbólico del líder, seguramente serán las indefiniciones de la subsistencia diaria las que la determinan.    

La comisaria ha reunido un conjunto de fotografías de calidad estética e intensos contenidos sociales y culturales, que no dejan otra sensación que la convicción del nivel alcanzado por la fotografía cubana.  

 

Magaly Espinosa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll up Drag View
error: Contenido protegido por Derechos de Autor